Estos días se ha acabado la Cumbre del Clima COP 25 en el IFEMA de Madrid y el resultado ha sido bastante desastroso. No se han llegado a consensos entre los países participantes, en aspectos que se debían de tratar de unificar criterios como el comercio de emisiones. Aunque sí es verdad que las intenciones siempre son buenas, se ha quedado en un fallido banco de pruebas para decisiones que no han contentado a casi nadie, entre otros, los científicos y grupos de ecologistas y activistas medioambientales.
Y es que ciertamente nuestra vapuleada Tierra se está convirtiendo en un planeta con problemas importantes. A principios de los últimos siglos, los principales problemas para la humanidad eran las guerras mundiales, las guerras civiles en varios países o las cuestiones geopolíticas como el colonialismo. Después de la Segunda Guerra Mundial, Europa quería reconstruirse y este fue el comienzo del crecimiento de grandes fábricas en toda Europa. Este aumento sin control de la economía mundial causó daños irreversibles al medio ambiente. De hecho, el efecto invernadero es causado por las emisiones de las fábricas que utilizan la energía a partir de fuentes de combustible de origen fósil, además del sobre abuso en los desplazamientos de vehículos de uso unipersonal. Por otro lado, la ganadería extensiva en los países del primer mundo podría ser la segunda fuente de emisiones de gases de efecto invernadero. Y es que el metano, procedente de las deposiciones y gases emitidos por el ganado, tiene una capacidad de crear el efecto invernadero mucho mayor que el dióxido de carbono. Sigue leyendo